jueves, 1 de septiembre de 2016

Viaje a Cajamarca

Viernes 26 de agosto de 2016

El viernes a la noche cogimos el autobús rumbo a Cajamarca, que llegó con una hora y media de retraso, nada nuevo para nosotros. Para hacer la espera mas amena, nos tomamos unos jugos en la jugeria de enfrente. 

El viaje fue bastante normalito teniendo en cuento las anteriores experiencias. Después de siete horas de viaje llegamos a la estación de Cajamarca y de allí fuimos directos al hostal San Jose, donde dormimos esos días.

Cajamarca es una ciudad grande situada al norte de Perú, en la sierra. Es una ciudad que tiene mucha historia puesto que fue una ciudad de paso para los Incas.



Sábado 27 de agosto de 2016

Este día visitamos varios sitios representativos de la ciudad de Cajamarca. A la mañana estuvimos visitando la ciudad, después de tomarnos un merecido desayuno. Nos sorprendió mucho todas las tiendas de artesanía que había, y como no nos interesaba mucho ni nos llamaba la atención, no entramos a ninguna tienda .

A la tarde, aprovechamos para visitar varios sitios: Porcón y los Baños Incas.
A decir verdad Porcón  no nos sorprendió tanto, se trataba de una granja donde se hacía el llamamiento a las vacas. En cambio en los Baños Incas( lugar muy popular de Perú) pudimos disfrutar de un baño relajante en sus aguas termales.


Salimos tan relajadxs que cenamos y nos fuimos para el hostal directamente.


Domingo 28 de agosto de 2016

El domingo seguimos visitando más lugares interesantes. A la mañana fuimos a Cumbe Mayo, que significa hilo fino o río fino. Este lugar es un bosque de piedras con formas muy curiosas situada en lo alto de Cajamarca, a más de 3000 metros de altura.
Emilio nuestro guía, nos fue explicando cada detalle e historia del lugar. En el camino pudimos ver a muchas mujeres campesinas vendiendo sus artesanías, incluso creándolas y también a muchos niños y niñas pidiendo dinero o lo que tuviéramos. 

Fue un lugar mágico que nos transporto a la época pre Inca. Pudimos ver los petroglifos que son escrituras en piedra y pequeños lugares donde se hacían los rituales religiosos, así como la piedra del sacrificio. Donde hacían ritos en honor a uno de sus dioses, entre ellos a Apocatequil ( dios de la lluvia, trueno, rayo).





Después de la excursión, volvimos a la ciudad. Comimos y como nos ocurrió el día anterior, volvimos a ignorar todas esas tiendas repletas de bonita artesanía, en las que no perdimos ni un solo minuto de la tarde.


Lunes 29 de agosto de 2016

A la mañana aprovechamos para visitar el mirador de Santa Apolonia, que es el cerro de la ciudad de Cajamarca, donde pudimos apreciar toda la vista panorámica de la ciudad. 

Cuando bajamos volvimos a encontrarnos con más tiendas de artesanía, es increíble la preciosidad de artesanías que produce esta gente.

Después de almorzar visitamos los últimos lugares. Las ventanillas de Otuzco, que significa diente apolillado. Se tratan de 337 nichos de la época pre inca que utilizaban como tumbas para los altos cargos de la época. Este es un lugar donde hubo muchos metales preciosos, como el oro.




Al  volver de la excursión nos encontramos con un desfile celebrando el aniversario del Colegio San Ramón de la ciudad, otro día más de fiesta.


Martes 30 de agosto de 2016

Día de regreso a Cutervo. Antes de partir hacia nuestro pueblo Peruano, desayunamos en un café donde pudimos disfrutar de nuestras primeras porras de chocolate peruanas. 

También aprovechamos para visitar el Cuarto de Rescate, un lugar muy importante para la historia peruana.

Este lugar sagrado era la central de los incas. Cuando los españoles invadieron Cajamarca cogieron prisionero a Atahualpa (ultimo revolucionario Inca) en este mismo lugar,para poder apropiarse de todo el oro o riquezas en modo de vasijas, plata... que poseían los Incas.


Una vez ejecutado Atahualpa, después de ocho meses prisionero, hubo otro cambio colonial en la historia, donde la cruz fue impuesta por la espada.
La verdad que fue una visita muy interesante donde pudimos aprender un poco más de la historia de este país. 


Después de esta visita, emprendimos el viaje de vuelta a Cutervo. Un viaje interminable en el que pudimos "disfrutar" hasta terminar extasiadxs de los ritmos cumbieros que nos puso el chófer a todo volumen.














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