Sábado 23 julio.
Quedamos a las 9.00h de la mañana con dos jóvenes cutervinos del grupo de volunariado para que nos guiaran hasta la cima del Cerro de Ilucán. Fue un trayecto de dos horas aproximadamente donde pudimos disfrutar del Mirador de Cutervo, una piedra conocida como "la vieja", los dos arenales, el bosque de piedras, las lagunas negras y una vista impresionante de Cutervo y alrededores.
Una de las leyendas de Cutervo que tiene relación con la piedra llamada "la vieja" cuenta la historia de dos jóvenes enamoradxs que escapaban de los invasores y para que no les mataran se suicidaron. El hombre se convirtió en arena y la mujer en piedra; así la tradición cutervina es tirar tres piedras a la piedra vieja a la subida y otras tres piedras a la bajada para que el alma de cada unx no se quede en el cerro para siempre.
Para llegar al cerro hay dos caminos, pero nosotrxs nos inventamos uno diferente porque "caminante no hay camino, se hace camino al andar". Fuimos como cabras montesas atravesando la montaña y escalando parte del trayecto. Durante la subida fuimos notando el mal de altura, nos faltaba el oxígeno y tuvimos que hacer varios descansos en el camino para poder llegar a la cima, puesto que está a unos 3000 m de altitud.
Como curiosidad, tuvimos una compañía inesperada, silenciosa y extraordinaria. Desde el mismo pueblo de Cutervo nos acompañó una perrita de color canela que para nosotrxs fue Lur, nos protegió durante todo el camino y se portó como una campeona.
Excursión que sin duda repetiremos algún que otro domingo.
El pueblo de Cutervo visto desde el Mirador.
La piedra "vieja".
El arenal grande.
Una de las lagunas negras, LIMAE y Lur.
LIMAE y Lur en la cima del cerro.
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